viernes, 18 de noviembre de 2011

Aplicaciones de Ácido Giberélico en Cerezas



Las giberelinas son fitorreguladores presentes en todas las especies de plantas superiores estudiadas, presentándose en cantidades variables en los diferentes órganos de las plantas. En la actualidad han sido descritas e identificadas químicamente más de 90 giberelinas aisladas de tejidos vegetales, siendo la mejor conocida el denominado ácido giberélico (GA3) producida por el hongo Gibberella fujikuroi.

La aplicación de tratamientos con ácido gibérelico (GA3) en cereza está fuertemente implementada en las diversas regiones mundiales cerezeras con la finalidad de mejorar la calidad de los frutos, otorgando una mayor viabilidad para su manipulación y conservación.

Los principales efectos descritos por la aplicación del ácido giberélico en cerezas son: incremento de la firmeza de los frutos (Choi et al., 2002; Clayton et al., 2006; Facteau et al., 1985; Facteau et al., 1992; Kappel and MacDonald, 2002), ralentización del proceso de ablandamiento (Choi et al., 2002; Facteau et al., 1992), ralentización del desarrollo del color de los frutos (Facteau et al., 1985; Modlibowska and Wickenden, 1982), mayor acidez (Choi et al., 2002; Kappel and MacDonald, 2002), ralentización de la madurez y fecha de recolección (Choi et al., 2002; Facteau et al., 1985), incremento del tamaño del fruto (Kappel and MacDonald, 2002; Lenahan et al., 2006), y reducción de los daños mecánicos y de la incidencia de enfermedades durante la postcosecha de los frutos (Looney and Lidster, 1980).

Como tratamiento convencional se recomienda una sola aplicación de GA3, a concentraciones entre 10 y 20 ppm  (mg/l), tres semanas previas a la fecha de recolección.

(Lenahan et al., 2006) en 2006 observan que tratamientos a concentraciones superiores a la recomendada, de 50 y 100 mg/l de GA3, podrían ser aplicados para disminuir la carga de sucesivas cosechas en cultivares altamente productivos.

En 1985 (Facteau et al., 1985) analizan la aplicación de múltiples aplicaciones (1-3) de GA3 a concentraciones entre 10 y 50 ppm. en los cultivares Bing y Lambert, observando un aumento de la firmeza y del peso de los frutos y un retraso de la maduración y coloración de los frutos por la aplicación de los tratamientos, con una relación directa entre dosis de aplicación y firmeza de los frutos. En 2002, (Kappel and MacDonald, 2002) también analizan el efecto de múltiples aplicaciones de GA3 en la variedad Sweetheart, concluyendo la no existencia de beneficios por la utilización de las aplicaciones múltiples, observando en los frutos tratados con GA3 un incremento en firmeza, así como mayor acidez y tamaño que la fruta no tratada. Del mismo modo, observaron que tratamientos de GA3 a concentraciones de 30 ppm, superiores a las recomendadas, dieron lugar a frutos con tamaño inferior que los tratados a concentraciones de 20 ppm.

En 2002, (Choi et al., 2002) analizan el efecto de las aplicaciones con GA3 a 20 mg/l en variedades tempranas, media estación y de recolección tardía, observando en todas ellas un incremento de la firmeza de fruta a la recolección, disminución de la velocidad de ablandamiento y ralentización de la madurez, por 5-8 días, en aquellos cultivares tardíos, sin observarse este efecto en los cultivares de maduración temprana. La fruta tratada con GA3 tenía una mayor concentración de acidez titulable, pero no tenía efecto sobre el contenido en sólidos solubles.

Para un determinado grado de coloración en recolección, los tratamiento con GA3 incrementan significativamente el tamaño y la firmeza de los frutos, siendo superior el contenido de sólidos insolubles en alcohol y menor el contenido en nitrógeno por unidad de peso fresco y seco (Looney and Lidster, 1980). El incremento en firmeza por la aplicación del ácido giberélico en cerezas parece ser debido a la regulación que expresa el GA3 sobre las enzimas hidrolíticas de pared celular poligalacturonasa y pectinestersa en estos frutos, ralentizando así su ablandamiento (Andrews and Shulin Li, 1995). Este efecto sobre la firmeza se tradujo en una disminución del marcado superficial de los frutos en los cultivares ' Van' y ' Lambert', siendo este efecto más palpable sobre la punteaduras que sobre las magulladuras (Looney and Lidster, 1980).


Literature Cited

Andrews, P.K. and Shulin Li. 1995. Cell wall hydrolytic enzyme activity during development of nonclimacteric sweet cherry (Prunus avium L.) fruit. J. Hortic. Sci. 70(4):561-567.
Choi, C., P.A. Wiersma, P. Toivonen, and F. Kappel. 2002. Fruit growth, firmness and cell wall hydrolytic enzyme activity during development of sweet cherry fruit treated with gibberellic acid (GA3). Journal of Horticultural Science & Biotechnology 77(5):615-621.
Clayton, M., W.V. Biasi, I.T. Agar, S.M. Southwick, and E.J. Mitcham. 2006. Sensory quality of 'Bing' sweet cherries following preharvest treatment with hydrogen cyanamide, calcium ammonium nitrate, or gibberellic acid. HortScience 41(3):745-748.
Facteau, T.J., N.E. Chestnut, K.E. Rowe, and C. Payne. 1992. Brine quality of gibberellic acid-treated Napoleon sweet cherries. HortScience 27(2):118-122.
Facteau, T.J., K.E. Rowe, and N.E. Chestnut. 1985. Firmness of sweet cherry fruit following multiple applications of gibberellic acid. J. Am. Soc. Hort. Sci. 110(6):775-777 ER.
Kappel, F. and R.A. MacDonald. 2002. Gibberellic acid increases fruit firmness, fruit size, and delays maturity of 'Sweetheart' sweet cherry. Journal American Pomological Society 56(4):219-222.
Lenahan, O.M., M.D. Whiting, and D.C. Elfving. 2006. Gibberellic acid inhibits floral bud induction and improves 'Bing' sweet cherry fruit quality. HortScience 41(3):654-659.
Looney, N.E. and P.D. Lidster. 1980. Some growth regulator effects on fruit quality, mesocarp composition, and susceptibility to postharvest surface marking of sweet cherries. J. Am. Soc. Hort. Sci. 105(1):130-134 ER.
Modlibowska, I. and M.F. Wickenden. 1982. Effects of chemical growth regulators on fruit production of cherries. II. Effects of fruit-setting hormone and daminozide sprays on colour development, fruit size and fruit composition of cv. Merton Glory and Van cherries. J. Hortic. Sci. 57(4):423-429 ER.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Estrategia para las Picotas del Valle del Jerte

La recolección de cerezas sin pedicelo ha sido una práctica cultural que persiste en el Valle de Jerte. Las variedades recolectadas sin pedicelo, denominadas “Picotas” y que engloban cuatro cultivares, son originarias de este territorio y están protegidas bajo la Denominación de Origen “Cereza del Jerte”. Estas variedades presentan peculiaridades distintivas que facilitan su recolección sin comprometer su calidad organoléptica y adecuación para la conservación frigorífica y exportación.
Los cuatro cultivares “Picotas” son Ambrunés, Pico Negro, Pico Colorado y Pico Limón. Si bien presentan diferenciaciones morfológicas y de coloración apreciables, comparten una serie de rasgos distintivos entre los que se encuentran:
·         El tamaño medio de los frutos está entre los 24-26 mm, inferior al tamaño medio de los cultivares de cerezas de nueva obtención y a los requerimientos de los consumidores.
·         Una vez alcanzada su madurez de consumo, presentan un área de abscisión muy marcada, facilitando el desprendimiento del pedúnculo durante su recolección, sin desgarre de células parenquimáticas ni del exocarpo de la zona de inserción.
·         Son cultivares de recolección tardía, con contenido en solidos solubles totales en torno al 20%, muy superior a otros cultivares de cerezas.
·         Los frutos presentan una alta firmeza y elasticidad, siendo cultivares muy adecuados para los procesos de manipulación postcosecha, con baja tendencia al desarrollo de punteaduras y magulladuras.
·         Tolerantes a los procesos de manipulación con agua, siendo poco sensibles al desarrollo de enfermedades fúngicas postcosecha.
·         Presentan bajas intensidades respiratorias y una alta tolerancia a la conservación frigorífica y respuesta muy positiva a las atmósferas modificadas, superior a otras variedades de cerezas.
Estas características, su origen y una acertada estrategia de promoción y protección han permitido su diferenciación tanto en el mercado nacional como en el mercado internacional, copando un alto porcentaje de las exportaciones españolas de cerezas hacia los mercados europeos.
Sin embargo, el futuro del cultivo y la producción de la Picotas en el Valle del Jerte están altamente  comprometidos por un conjunto de características del cultivo y vicisitudes que han restado competitividad al mismo. Los diferentes cultivares de Picotas tienen una lenta entrada en producción, polinización cruzada y frutos de pequeño tamaño. Por otro lado, son cultivares muy propensos al ataque de Lasioptera cerasiperda durante su maduración, dificultando el control de la enfermedad y la rentabilidad del cultivo.
En la actualidad, no se están renovando las plantaciones de Picotas del Valle del Jerte, sustituyendo las viejas plantaciones por otros cultivares foráneos de recolección tardía, autofértiles, con frutos de mayor tamaño y recolectados con pedúnculos, procedentes, en su mayoría, del programa de obtención desarrollado por el Pacific Agri-Food Research Centre Summerland (Canadá).
Por otro lado, no es baladí mencionar el persistente fraude cometido por las centrales de cerezas en la comercialización de cultivares no protegidos bajo la Denominación de Origen por “Picotas” mediante la práctica del arranque del pedicelo, llevando a la confusión de los consumidores.
El pardeamiento de los pedicelos sigue siendo uno de los principales problemas de la comercialización de la cereza y en buena medida el origen de esta práctica fraudulenta. La evaporación de agua en condiciones ambientales adversas de humedad y temperatura produce una rápida deshidratación del pedicelo responsable de su secado y pérdida de color verde (Schick 2000). Este proceso se produce rápidamente, siendo fundamental el acondicionamiento inmediato de los frutos tras su recolección a humedades relativas y temperaturas óptimas (Schick and Toivonen 2002). Un cambio en las prácticas culturales de recolección de los productores y la carencia de adecuados sistemas de frigoconservación están retrasando la entrega de las cerezas recolectadas y su acondicionamiento frigorífico magnificando este problema.
La aptitud de los diferentes cultivares de cerezas al arranque del pedicelo es muy desigual, presentando distintas fortalezas de fijación del pedicelo en el fruto. En cultivares no adecuados para esta práctica, el desprendimiento del pedicelo ocasiona el desagarres del tejido parenquimático y del exocarpo, exudaciones, desarrollo de enfermedades fúngicas postcosecha, y una excesiva pérdida de peso por deshidratación (Smith and Whiting 2011) limitando la vida útil y comercialización de los frutos. En la actualidad existe un interés creciente en las zonas productoras de cerezas en su recolección sin pedicelo, con la finalidad de conseguir su recolección mecanizada, reduciendo los costes de recolección.
La pérdida de las “Picotas” del Valle del Jerte y su sustitución por variedades foráneas y genéricas supondría la desventaja de la “no diferenciación” en los mercados de una marca de calidad consolidada ligada a un origen. Una diferenciación que ha permitido su comercialización independiente del resto de las cerezas recolectadas con pedicelos en las principales grandes superficies europeas.
Con la finalidad de evitar su desaparición es preciso establecer una estrategia de producción de las Picotas basada en programas de mejora de estos cultivares, que manteniendo sus rasgos específicos, soslayen las deficiencias de su cultivo. Estas nuevos cultivares deberán ser  obtenido por el desarrollo de “planes de mejoras” de las Picotas, especialmente de la variedad Ambrunés en base a la innovación de prácticas culturales de producción y procesos de selección y cruzamientos de los cultivares actuales con variedades que les puedan otorgar las características complementarias de las que carecen, como es el tamaño, autofertilidad, rápida entrada en producción o mayor carnosidad, sin desvirtuar las peculiaridades propias y distintivas de estas maravillosas cerezas. Es preciso para ello, que las principales entidades del Valle del Jerte, cooperativas, centrales hortofrutícolas y la D.O.P “Cereza del Jerte” lideren esta “Estrategia para la Picota” impulsando y fortaleciendo los proyectos de investigación en curso, marcando políticas y pautas de producción que favorezcan el desarrollo de este cultivo diferenciado. Una mejora continua del producto conjuntamente con las políticas de promoción desarrolladas permitirá un futuro para nuestras cerezas basadas en su diferenciación en los mercados internacionales, facilitando la rentabilidad y el futuro del cultivo de la cereza en el Valle del Jerte.