miércoles, 2 de noviembre de 2011

Estrategia para las Picotas del Valle del Jerte

La recolección de cerezas sin pedicelo ha sido una práctica cultural que persiste en el Valle de Jerte. Las variedades recolectadas sin pedicelo, denominadas “Picotas” y que engloban cuatro cultivares, son originarias de este territorio y están protegidas bajo la Denominación de Origen “Cereza del Jerte”. Estas variedades presentan peculiaridades distintivas que facilitan su recolección sin comprometer su calidad organoléptica y adecuación para la conservación frigorífica y exportación.
Los cuatro cultivares “Picotas” son Ambrunés, Pico Negro, Pico Colorado y Pico Limón. Si bien presentan diferenciaciones morfológicas y de coloración apreciables, comparten una serie de rasgos distintivos entre los que se encuentran:
·         El tamaño medio de los frutos está entre los 24-26 mm, inferior al tamaño medio de los cultivares de cerezas de nueva obtención y a los requerimientos de los consumidores.
·         Una vez alcanzada su madurez de consumo, presentan un área de abscisión muy marcada, facilitando el desprendimiento del pedúnculo durante su recolección, sin desgarre de células parenquimáticas ni del exocarpo de la zona de inserción.
·         Son cultivares de recolección tardía, con contenido en solidos solubles totales en torno al 20%, muy superior a otros cultivares de cerezas.
·         Los frutos presentan una alta firmeza y elasticidad, siendo cultivares muy adecuados para los procesos de manipulación postcosecha, con baja tendencia al desarrollo de punteaduras y magulladuras.
·         Tolerantes a los procesos de manipulación con agua, siendo poco sensibles al desarrollo de enfermedades fúngicas postcosecha.
·         Presentan bajas intensidades respiratorias y una alta tolerancia a la conservación frigorífica y respuesta muy positiva a las atmósferas modificadas, superior a otras variedades de cerezas.
Estas características, su origen y una acertada estrategia de promoción y protección han permitido su diferenciación tanto en el mercado nacional como en el mercado internacional, copando un alto porcentaje de las exportaciones españolas de cerezas hacia los mercados europeos.
Sin embargo, el futuro del cultivo y la producción de la Picotas en el Valle del Jerte están altamente  comprometidos por un conjunto de características del cultivo y vicisitudes que han restado competitividad al mismo. Los diferentes cultivares de Picotas tienen una lenta entrada en producción, polinización cruzada y frutos de pequeño tamaño. Por otro lado, son cultivares muy propensos al ataque de Lasioptera cerasiperda durante su maduración, dificultando el control de la enfermedad y la rentabilidad del cultivo.
En la actualidad, no se están renovando las plantaciones de Picotas del Valle del Jerte, sustituyendo las viejas plantaciones por otros cultivares foráneos de recolección tardía, autofértiles, con frutos de mayor tamaño y recolectados con pedúnculos, procedentes, en su mayoría, del programa de obtención desarrollado por el Pacific Agri-Food Research Centre Summerland (Canadá).
Por otro lado, no es baladí mencionar el persistente fraude cometido por las centrales de cerezas en la comercialización de cultivares no protegidos bajo la Denominación de Origen por “Picotas” mediante la práctica del arranque del pedicelo, llevando a la confusión de los consumidores.
El pardeamiento de los pedicelos sigue siendo uno de los principales problemas de la comercialización de la cereza y en buena medida el origen de esta práctica fraudulenta. La evaporación de agua en condiciones ambientales adversas de humedad y temperatura produce una rápida deshidratación del pedicelo responsable de su secado y pérdida de color verde (Schick 2000). Este proceso se produce rápidamente, siendo fundamental el acondicionamiento inmediato de los frutos tras su recolección a humedades relativas y temperaturas óptimas (Schick and Toivonen 2002). Un cambio en las prácticas culturales de recolección de los productores y la carencia de adecuados sistemas de frigoconservación están retrasando la entrega de las cerezas recolectadas y su acondicionamiento frigorífico magnificando este problema.
La aptitud de los diferentes cultivares de cerezas al arranque del pedicelo es muy desigual, presentando distintas fortalezas de fijación del pedicelo en el fruto. En cultivares no adecuados para esta práctica, el desprendimiento del pedicelo ocasiona el desagarres del tejido parenquimático y del exocarpo, exudaciones, desarrollo de enfermedades fúngicas postcosecha, y una excesiva pérdida de peso por deshidratación (Smith and Whiting 2011) limitando la vida útil y comercialización de los frutos. En la actualidad existe un interés creciente en las zonas productoras de cerezas en su recolección sin pedicelo, con la finalidad de conseguir su recolección mecanizada, reduciendo los costes de recolección.
La pérdida de las “Picotas” del Valle del Jerte y su sustitución por variedades foráneas y genéricas supondría la desventaja de la “no diferenciación” en los mercados de una marca de calidad consolidada ligada a un origen. Una diferenciación que ha permitido su comercialización independiente del resto de las cerezas recolectadas con pedicelos en las principales grandes superficies europeas.
Con la finalidad de evitar su desaparición es preciso establecer una estrategia de producción de las Picotas basada en programas de mejora de estos cultivares, que manteniendo sus rasgos específicos, soslayen las deficiencias de su cultivo. Estas nuevos cultivares deberán ser  obtenido por el desarrollo de “planes de mejoras” de las Picotas, especialmente de la variedad Ambrunés en base a la innovación de prácticas culturales de producción y procesos de selección y cruzamientos de los cultivares actuales con variedades que les puedan otorgar las características complementarias de las que carecen, como es el tamaño, autofertilidad, rápida entrada en producción o mayor carnosidad, sin desvirtuar las peculiaridades propias y distintivas de estas maravillosas cerezas. Es preciso para ello, que las principales entidades del Valle del Jerte, cooperativas, centrales hortofrutícolas y la D.O.P “Cereza del Jerte” lideren esta “Estrategia para la Picota” impulsando y fortaleciendo los proyectos de investigación en curso, marcando políticas y pautas de producción que favorezcan el desarrollo de este cultivo diferenciado. Una mejora continua del producto conjuntamente con las políticas de promoción desarrolladas permitirá un futuro para nuestras cerezas basadas en su diferenciación en los mercados internacionales, facilitando la rentabilidad y el futuro del cultivo de la cereza en el Valle del Jerte.

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